La muerte de Mandela, pendiente de disputas familiares.


La agonía de Nelson Mandela, en estado crítico desde hace varios días, se prolonga ya que su "alma no está en paz" y sus ancestros están disgustados por las querellas familiares, según jefes tradicionales citados por el Sunday Times.

"El alma de Mandela no está en paz. Los ancestros solamente estarán apaciguados cuando los restos de la familia Mandela hayan sido enterrados otra vez en Qunu. Sólo allí Tata (padre) quedará liberado", explicó al semanario un jefe tradicional de la región de donde procede el padre de la nación, en el sudoeste de Sudáfrica.

Los restos a los que alude son los cuerpos de tres hijos de Mandela --Makaziwe, muerta en 1948 a los nueve meses de edad, Thembekile, muerto en 1969 a los 24 años y Magkatho, fallecido en 2005 a los 55-- que estaban enterrados en Qunu, el poblado donde pasó su infancia el expresidente, y que su nieto Mandla desplazó en 2011 a Mvezo, el pueblo natal de su abuelo.

Mandla, de 38 años, es el jefe de familia y jefe tradicional de Mvezo desde 2007. Es también uno de los diputados del ANC, el partido en el poder.

Dieciseis miembros de la familia demandaron el viernes ante la justicia a Mandla para conseguir que los restos de los tres hijos fallecidos de Nelson Mandela vuelvan al panteón familiar de Qunu, donde están enterrados los padres de Nelson Mandela, y donde el propio expresidente expresó el deseo de ser inhumado. Los familiares revelaron en su querella que esperan una "muerte próxima" del gran hombre, según los documentos transmitidos al juez.

Dos jueces les dieron la razón el miércoles, y los restos fueron exhumados esa misma tarde bajo el control de un alguacil, que tuvo que forzar la verja de la residencia de Mandla para llegar hasta el lugar de las sepulturas. Poco después fueron enterrados en el panteón familiar de Qunu, según confirmó la policía. "Estamos ahora en el cementerio para enterrar los restos. Estamos realizando la inhumación en este momento", dijo a la AFP el teniente coronel Mzukisi Fatyela, portavoz de la policía del Cabo oriental (sur).

Los documentos judiciales no fueron publicados ya que contendrían informaciones confidenciales sobre la salud del héroe de la lucha anti-apartheid, según la prensa.

La respuesta.
Tras ser obligado a trasladar los restos, Mandla respondió aireando los trapos sucios de la familia, denunciando uniones ilegítimas y hijos extramatrimoniales, mientras el icono mundial sigue hospitalizado en "estado crítico pero estable" en Pretoria. 

Mientras eran enterrados de nuevo en el pueblo de Qunu los restos de los tres hijos de Mandela exhumados el miércoles, Mandla Mandela organizó una conferencia de prensa, difundida en directo para todo el país, para saldar las cuentas con varios miembros de la familia.

Mandla, que decidió por su cuenta en 2011 trasladar el cuerpo de su padre, de su tía y de su tío al pueblo natal de su abuelo, Mvezo, del que es el jefe tradicional, no apreció que quince miembros de su familia hayan recurrido a la justicia para trasladar los restos a Qunu, donde Nelson Mandela desea ser enterrado.

"Me encuentro en el centro del ataque de individuos que buscan un minuto de gloria y atención mediática a mi costa", declaró. Aunque se defendió de querer "lavar ropa sucia en público", atacó personalmente a varios de ellos.

De su tía Makaziwe dijo: "en lugar de ser una fuerza de unidad, no ha hecho más que sembrar la división en la familia". De su mediohermano Ndaba: "El sabe que mi padre preñó a una mujer casada y él es el resultado de este acto". Su otro hermano Mbuzo: "Fecundó a mi propia esposa" (Anaïs Grimaud, de la isla de la Reunión a donde regresó después).

A juzgar por las primeras reacciones en Twitter, a los sudafricanos no les han hecho ninguna gracia estas declaraciones. "Felizmente que el legado político de Mandela es demasiado fuerte para ser destruido", "uno no elige a su familia", "Quizá sea un Mandela, pero no creo que sea un Nelson...", se podía leer en la red social.

"Bajo asistencia respiratoria"
A unos mil kilómetros, Graça Machel, la esposa del héroe de la lucha contra el régimen racista del apartheid, jugó por su parte la carta de la unidad. "Hace unos 25 días que estamos en el hospital. Aunque Madiba no siempre ha estado bien, nunca ha sufrido", dijo.

"Su estancia en el hospital, nos ha permitido estar de nuevo todos unidos", agregó con motivo de una conferencia de prensa de la Fundación Mandela en Johannesburgo.

El primer presidente negro del país, que conquistó el corazón de la minoría blanca abogando por el perdón y la reconciliación, fue hospitalizado en Pretoria el 8 de junio tras una recaída de la infección pulmonar que le aqueja desde hace dos años y medio.

Su salud se deterioró súbitamente hace una decena de días antes de estabilizarse. Su estado "sigue crítico pero estable", dijo el jueves el presidente Jacob Zuma tras una visita al enfermo.


El Observador