Este lunes comenzará un complejo operativo para enderezar el Costa Concordia, el crucero que encalló el 13 de enero de 2012 frente a la isla de Giglio, en la región italiana de Toscana, tras una arriesgada maniobra de su capitán, Francesco Schettino. Por ese accidente murieron 32 personas.
Un total de 500 técnicos, 22 naves y ocho barcas intentarán levantar esa mole de 44.600 toneladas, 290 metros de longitud y 17 pisos de altura. El Costa Concordia equivale a 28 ómnibus en fila.
Según informó el diario español El Mundo, los trabajos tardarán entre 12 y 24 horas y, si bien parece rápido, es todo un desafío de ingeniería. La rotación de la embarcación se realizará con la ayuda de dos gigantescos gatos hidráulicos que tirarán de unos cables de acero -cuyo peso está estimado en 30.000 toneladas- que han sido enganchados a la parte central del crucero. Se tratará de ponerlo en posición vertical para luego apoyarlo en un falso banco de arena que se construirá con 16.000 toneladas de cemento.
La compañía deberá pagar 600 millones de euros por las tareas.
“Es una empresa que hasta ahora nunca se ha realizado”, dijo Franco Gabrielle, jefe de la Protección Civil italiana. De hecho, hay quien dice que para encontrar un precedente similar habría que remontarse a los trabajos para recuperar el acorazado USS Oklahoma, el buque de la Armada de los Estados Unidos que en 1943 fue reflotado después de hundirse tras el ataque japonés a la base de Pearl Harbor.
El Observador