El ídolo de Boca volvió a ser jugador del club de manera oficial y pisó Casa Amarilla, ante la presencia de 700 hinchas, para realizar el entrenamiento. Hará una serie de trabajos especiales para ponerse a punto y paliar la pretemporada que no realizó.
Juan Román Riquelme cumplió con una rutina física liviana en su vuelta a Boca Juniors luego de siete meses, que fue acompañada por unos 700 hinchas y un centenar de medios en Casa Amarilla.
El ídolo “xeneize” llegó al predio a las 7.25 en una camioneta negra, bajó con el mate en mano y se internó en el vestuario para cambiarse con sus compañeros y compartir un desayuno. Una hora y media después, salió a una de las canchas auxiliares para realizar abdominales y al rato se dirigió al vestuario, donde también trabajaban de manera diferenciada Franco Sosa (desgarrado) y Pablo Ledesma (fatiga muscular).
Posteriormente, junto con un grupo de futbolistas suplentes, trotó por el perímetro del campo principal del complejo “Pedro Pompilio” y al pasar por una tribuna lateral recibió la ovación del público como si se tratara de un partido oficial.
Con pulgar arriba y cara sonriente, Riquelme saludó a los fanáticos y continuó su marcha aparejado por Lucas Viatri, Nicolás Blandi, Ribair Rodríguez, Cristian Erbes, Emiliano Albín, Leandro Paredes y Lisandro Magallán. Tras esa tarea y ya cuando sus compañeros realizaban un ejercicio táctico, el “10” encaró de manera individual una serie de pasadas, con recuperación al trote, supervisado por el preparador físico Juan Manuel Alfano.
El mediocampista, de 34 años, inició un plan personalizado para ponerse a punto físicamente, algo que, se estima, sucederá no antes de las próximas tres semanas. Su último partido oficial fue la noche del 4 de julio pasado cuando Boca perdió ante Corinthians de Brasil, en San Pablo, la final de la Copa Libertadores.
El ídolo “xeneize” llegó al predio a las 7.25 en una camioneta negra, bajó con el mate en mano y se internó en el vestuario para cambiarse con sus compañeros y compartir un desayuno. Una hora y media después, salió a una de las canchas auxiliares para realizar abdominales y al rato se dirigió al vestuario, donde también trabajaban de manera diferenciada Franco Sosa (desgarrado) y Pablo Ledesma (fatiga muscular).
Posteriormente, junto con un grupo de futbolistas suplentes, trotó por el perímetro del campo principal del complejo “Pedro Pompilio” y al pasar por una tribuna lateral recibió la ovación del público como si se tratara de un partido oficial.
Con pulgar arriba y cara sonriente, Riquelme saludó a los fanáticos y continuó su marcha aparejado por Lucas Viatri, Nicolás Blandi, Ribair Rodríguez, Cristian Erbes, Emiliano Albín, Leandro Paredes y Lisandro Magallán. Tras esa tarea y ya cuando sus compañeros realizaban un ejercicio táctico, el “10” encaró de manera individual una serie de pasadas, con recuperación al trote, supervisado por el preparador físico Juan Manuel Alfano.
El mediocampista, de 34 años, inició un plan personalizado para ponerse a punto físicamente, algo que, se estima, sucederá no antes de las próximas tres semanas. Su último partido oficial fue la noche del 4 de julio pasado cuando Boca perdió ante Corinthians de Brasil, en San Pablo, la final de la Copa Libertadores.
Télam