Por Luciano Bugner
De un lado de la moneda, la tecnología y sus avances. Del otro, la nomofobia. El término quizá sea desconocido, pero alrededor del 55 por ciento de los argentinos sufre y padece el salir a la calle sin el celular, protagonista del siglo XXI. La mayoría lo manifiesta mediante ataques de pánico por sentirse desconectados.
“Tienen temor a no poseer bajo su dominio el teléfono móvil porque se lo olvidaron en casa, se lo robaron, porque no tiene señal o porque se quedaron sin crédito”, le describió a “Crónica” Gabriela Martínez Castro, licenciada en psicología y quien estudia el fenómeno proveniente de la abreviatura de las sílabas no-mobile-phone, detectado primeramente en el Reino Unido. El miedo que sienten es tal que muchas veces presentan síntomas psíquicos y físicos por quedar fuera de la circulación. Como afirma el Centro de Estudio Especializado en Trastorno de Ansiedad (CEETA), el nomofóbico “se puede poner agresivo o sentirse con malestar general, hipervigilancia, inquietud”.
El aislamiento los pone mal porque “sienten que el aparato o las conversaciones mantenidas generan tranquilidad”.
En ese sentido, Martínez Castro (directora de CEETA) contó que “afecta más a las mujeres y los adolescentes” y describió “a las primeras porque son multifacéticas. Tienen más roles que un hombre. Necesitan saber qué está pasando en el trabajo, qué necesita el hijo y cómo se siente la perrita. En los jóvenes pasa porque pierden el contacto con sus padres, que los protegen todo el tiempo, y con sus pares, algo importantísimo para ellos”.
Por otra parte, subrayar que la tecnología crece es redundante, pero es válido resaltar que con los avances también aumenta la fobia mencionada. “La aparición de los nuevos celulares influye muchísimo porque ahí está todo concentrado y nos permite estar absolutamente comunicado con todo”, dijo Castro. Y los números avalan la afirmación, ya que en los últimos cuatro años el fenómeno aumentó en un 15 por ciento aproximadamente.
Sobre el tratamiento, la especialista manifestó que lo ideal es la “psicoterapia cognitivo-conductual porque es breve, focalizada y activa. Coloca en el lugar eslabones de pensamientos reales y trata de sacar los malos” y subrayó que quienes padecen de nomofobia “no se cansan de fantasear cosas negativas”.
Además, la psicóloga reveló que una de las claves es “aprender a controlarse”, es decir,“desprenderse del celular de forma gradual y saber que como la noche es para dormir, tiene que estar apagado. De lo contrario no se descansa como se debe y aumenta la dependencia”.
Crónica.
Para contratar alguno de estos servicios puede hacerlo de la siguiente forma:
E-mail: esistemas@adinet.com.uy
Celular: 098 52 33 80