Le quieren cambiar "pelo a pelo" la chacra del pepe.




El presidente José Mujica tuvo otra aparición internacional en un medio destacado el pasado fin de semana. Esta vez fue el Sunday Times, el conocido semanario londinense, publicó un perfil titulado “No soy solo un campesino, soy también el presidente”.

El artículo sigue la misma línea que los publicados por la BBCThe New York Times, la TV coreana y Monocle, perfilando al presidente, su llamativo estilo de vida austero y humilde, y sus “duros” años preso.
La diferencia de esta nota está en que los autores, Miriam Wells y Pablo Melgar, consultan a algunos políticos opositores, entre ellos, Luis Alberto Heber, que dice estar dispuesto a cambiarle pelo a pelo su apartamento en Carrasco por la chacra de Mujica en el Rincón del Cerro, “cuyo valor es muy alto”.

Además dice que Mujica "no es pobre", que "vive en austeridad" y sugiere que intenta ser más pobre “de lo que es en realidad". Agrega que "Mujica ha dicho que el sistema político no le perdona que viva en un rancho. Yo pregunté públicamente de qué rancho está hablando. Tiene una chacra en las afueras de Montevideo”. Y finaliza: “Mujica hace gala de todo eso para marcar una diferencia en el sistema político".

Con respecto al resto, el artículo comienza diciendo “En un camino de tierra ubicado en las afueras de Montevideo, la capital de Uruguay, se erige una casa venida a menos con paredes astilladas y un auto de 26 años estacionado afuera. Esta es la casa del hombre que gobierna el país”.

José Mujica, un ex guerrillero izquierdista de 77 años, se está ganando su reputación internacional como el presidente pobre que consistentemente se rehúsa a aceptar ninguna tentación del poder.

'El Pepe', como es conocido por sus amigos y seguidores, nunca usó corbata, nunca tuvo tarjeta de crédito o celular y da todo salvo 500 libras (800 dólares) de su salario de 5.000 libras al mes.

Desde que ganó sobrado las elecciones, casi tres años atrás, Mujica negó el palacio presidencial por su granja que usufructúa de forma cooperativa con otras tres parejas, cultivando crisantemos para vender en los mercados locales”…
El Observador.