Peñarol recuperó la senda victoriosa y por momentos del buen juego. En el primero de los 12 partidos del Apertura que afronta sin margen de error pensando en pelear el título, Diego Alonso metió mano en el equipo y los cambios salieron bien. La variante que apareció en la delantera por Estoyanoff fue figura y la que introdujo en el arco para sustituir a Juan Castillo también resultó decisiva en un momento clave del encuentro.
Desde el inicio los carboneros jugaron mejor y la velocidad de Jonathan Rodríguez fue la carta principal para inquietar. Primero metió un buscapié que por poco no pudo capitalizar Zalayeta y luego gestó la jugada del gol de Aguiar. El floridense le robó a Brasesco una pelota que el defensor de Racing tenía controlada, tocó atrás y el mercedario la colgó del ángulo con un zurdazo tan preciso como potente a los 18'.
Poco después estuvo cerca Zalayeta de aumentar una ventaja que no fue una más; por primera vez estaba ganando Peñarol con Diego Alonso como entrenador en partidos oficiales. Pasaron 468 minutos contando los dos partidos contra Cobreloa y los tres anteriores del Apertura para que los hinchas aurinegros vieran a su equipo arriba en el score, pero escasos minutos más tarde hubo un par de minutos de zozobra.
Darío Rodríguez, tras los dos meses de suspensión por dopaje, fue amonestado a los 24' y de esa falta nació el tiro libre que terminó con agarrón del experimentado defensor carbonero en su área sobre Lacoste. El agarrón fue tan claro como el offisde previo del defensor racinguista, pero el asistente Popovits no sancionó la posición adelantada y Fedorczuk sí vio el penal. Gorocito asumió la ejecución y cruzó su remate de derecha bien abajo y contra un caño, pero Danilo Lerda se estiró notablemente y lo contuvo en su vuelta al arco mirasol.
Con la atajada de su arquero respiró Alonso y movió fichas. Macaluso sustituyó Pacheco, se acomodó el fondo y el equipo se paró con un 4-3-1-1 en el que el nexo con Jonathan Rodríguez pasó a ser Zalayeta, retrasado en el campo y colaborando con los volantes. A Peñarol le costaba llegar pero tampoco pasaba zozobras, dada la inoperancia del elenco de Rosario Martínez, hasta que en la última del primer tiempo cayó el 2-0. Zalayeta la aguantó, Aguiar dejó a Jonathan Rodríguez de cara con Contreras y el juvenil definió para lograr la tranquilidad de cara al segundo tiempo.
Por si alguna duda quedaba, a los 4' del complemento parecía liquidarlo el equipo del Tornado. Otra vez Jonathan Rodríguez fue decisivo, esta vez liderando un contragolpe con una corrida de 40 metros que sirvió para dejar solo a Aguiar, quien definió de primera y a la carrera entre las piernas de Contreras. Dos de los tres goles de la victoria los consiguió con 10 hombres el elenco aurinegro, que luego intentó meter el partido en un freezer.
Después de un par de muy buenas atajadas de Lerda llegó el descuento de Racing sobre los 75', con un buen pase filtrado de Agustín Gutiérrez para Zabala y toque al medio para la aparición de Jorge González en el área chica. Parecía un simple descuento por el honor, pero otra aparición de Zabala por derecha tras una tremenda falla de Sandoval le permitió a Affonso decretar el 2-3 que puso en jaque el triunfo carbonero, que finalmente se concretó con más sufrimiento del que mereció.
Montevideo Portal
Desde el inicio los carboneros jugaron mejor y la velocidad de Jonathan Rodríguez fue la carta principal para inquietar. Primero metió un buscapié que por poco no pudo capitalizar Zalayeta y luego gestó la jugada del gol de Aguiar. El floridense le robó a Brasesco una pelota que el defensor de Racing tenía controlada, tocó atrás y el mercedario la colgó del ángulo con un zurdazo tan preciso como potente a los 18'.
Poco después estuvo cerca Zalayeta de aumentar una ventaja que no fue una más; por primera vez estaba ganando Peñarol con Diego Alonso como entrenador en partidos oficiales. Pasaron 468 minutos contando los dos partidos contra Cobreloa y los tres anteriores del Apertura para que los hinchas aurinegros vieran a su equipo arriba en el score, pero escasos minutos más tarde hubo un par de minutos de zozobra.
Darío Rodríguez, tras los dos meses de suspensión por dopaje, fue amonestado a los 24' y de esa falta nació el tiro libre que terminó con agarrón del experimentado defensor carbonero en su área sobre Lacoste. El agarrón fue tan claro como el offisde previo del defensor racinguista, pero el asistente Popovits no sancionó la posición adelantada y Fedorczuk sí vio el penal. Gorocito asumió la ejecución y cruzó su remate de derecha bien abajo y contra un caño, pero Danilo Lerda se estiró notablemente y lo contuvo en su vuelta al arco mirasol.
Con la atajada de su arquero respiró Alonso y movió fichas. Macaluso sustituyó Pacheco, se acomodó el fondo y el equipo se paró con un 4-3-1-1 en el que el nexo con Jonathan Rodríguez pasó a ser Zalayeta, retrasado en el campo y colaborando con los volantes. A Peñarol le costaba llegar pero tampoco pasaba zozobras, dada la inoperancia del elenco de Rosario Martínez, hasta que en la última del primer tiempo cayó el 2-0. Zalayeta la aguantó, Aguiar dejó a Jonathan Rodríguez de cara con Contreras y el juvenil definió para lograr la tranquilidad de cara al segundo tiempo.
Por si alguna duda quedaba, a los 4' del complemento parecía liquidarlo el equipo del Tornado. Otra vez Jonathan Rodríguez fue decisivo, esta vez liderando un contragolpe con una corrida de 40 metros que sirvió para dejar solo a Aguiar, quien definió de primera y a la carrera entre las piernas de Contreras. Dos de los tres goles de la victoria los consiguió con 10 hombres el elenco aurinegro, que luego intentó meter el partido en un freezer.
Después de un par de muy buenas atajadas de Lerda llegó el descuento de Racing sobre los 75', con un buen pase filtrado de Agustín Gutiérrez para Zabala y toque al medio para la aparición de Jorge González en el área chica. Parecía un simple descuento por el honor, pero otra aparición de Zabala por derecha tras una tremenda falla de Sandoval le permitió a Affonso decretar el 2-3 que puso en jaque el triunfo carbonero, que finalmente se concretó con más sufrimiento del que mereció.
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